Maestra Taly: impulsora del primer jardín de niños en Altamira durante los años 60
La primera maestra de preescolar en Altamira
5/14/20254 min read


En la década de los años 60 inició la educación preescolar de una manera más formal en la entonces Villa de Altamira, pues su población comenzaba a crecer y era necesario brindar una educación básica completa a las nuevas generaciones de altamirenses.
Aún faltaba una década para que la villa fuera elevada a ciudad, por lo que personas altruistas de aquella época, como Ana María Pérez Cruz, acompañada de otras mujeres, brindaban educación preescolar a la población infantil.
A mediados de los años sesenta llegó a la Villa de Altamira, María Neftalí Aguilar Castillo, conocida como “Taly”, convirtiéndose en la primera maestra de preescolar asignada a un jardín de niños por la Secretaría de Educación Pública (SEP). El plantel funcionaba entonces en una casa de madera ubicada frente a la plaza principal “Constitución”.
A la maestra Taly le tocó iniciar el primer jardín de niños de Altamira: el “Eva Sámano Bishop de López Mateos”, localizado en la calle Vicente Guerrero, entre las arterias Agustín de Iturbide y Abasolo, en la zona centro. Tenía apenas 17 años cuando comenzó a dar clases. Originaria de Ciudad Victoria, ahí se formó en la Escuela Normal Superior.
“Llegué aquí a dar clases al primer jardín de niños que hubo en Altamira. En aquel entonces solo pasaba la carretera Tampico-Mante, que estaba pavimentada, lo que ahora es el bulevar Ignacio Allende. Llegué por invitación de la maestra e inspectora escolar Jobita Leal, quien impulsó la educación en todo el Estado”, expresó María Neftalí Aguilar Castillo.
La maestra Taly, como cariñosamente la conocen sus amigos y exalumnos, afirmó: "Di clases en una casa de madera frente a la plaza principal de Altamira. Ese lugar estaba en lo que ahora es la biblioteca y el auditorio Juan C. Macías, a un costado de la Iglesia Santiago Apóstol”.
En aquella época contó con el respaldo de muchas personas comprometidas con el progreso de la población altamirense: “Siempre tuve mucho apoyo de la señora Ana María Pérez Cruz, así como de otras damas de Altamira, que vieron por el futuro de la población y soñaban con una gran ciudad. Por eso empezaron con un jardín de niños”, relató.
Una vez en funciones, la maestra Taly enviaba un informe semanal a la inspección escolar, detallando los avances con los alumnos y acompañando los reportes con evidencia fotográfica.
“Se entregaba un informe detallado sobre el trabajo con los estudiantes, que eran alrededor de 30 niños. Se incluía una fotografía para la maestra Jobita. Así fue tomando forma la escuela y se inició la gestión para construir un plantel exclusivo, pues para esa fecha ya existía la escuela primaria Mártires de la Revolución”, añadió.
En la labor de edificación participó Ana María Pérez Cruz, apoyada por el entonces presidente municipal Guillermo Rivera Flores. Juntos gestionaron ante autoridades estatales y federales.
“Fue una gran satisfacción haber sido testigo y parte de esta tarea. Eso quedó respaldado con la llegada de la clave escolar del plantel. Entonces, oficialmente, nació la educación preescolar en Altamira”, agregó la entrevistada.
La maestra María Neftalí fue invitada a recibir una medalla por parte de la autoridad educativa con motivo de los 100 años de haberse instituido el sistema de educación preescolar en México.
El nombre Eva Sámano Bishop de López Mateos, esposa del entonces presidente de México, Adolfo López Mateos, fue dado al plantel porque ella colocó la primera piedra de su construcción, a invitación del alcalde Guillermo Rivera Flores.
“Se le puso el nombre de Eva Sámano Bishop de López Mateos al jardín porque ella fue clave para iniciar la construcción de la escuela. El día que se colocó la primera piedra, ella vino personalmente”, explicó José Luis Olvera Tavera, promotor cultural.
El jardín de niños fue inaugurado el 10 de diciembre de 1968 por el entonces gobernador del Estado, Praxedis Balboa, durante una gira de trabajo por Altamira. Lo acompañaron autoridades locales y, por supuesto, la maestra Taly.
Durante su carrera docente, la maestra Taly formó alrededor de siete generaciones en la educación preescolar.
“No se trataba solo de cuidar a los niños de cuatro a seis años, no. Teníamos un programa de actividades que incluía coros musicales. Incluso, hubo un órgano en la escuela. Me apoyaban mucho la maestra Pilar, Toñita Gómez, Anita Pérez y otras personas para organizar piezas musicales, rondas y muchas otras actividades”, detalló.
Llevaba a sus alumnos a participar en las rondas infantiles organizadas en el jardín de niños “Lauro Aguirre”, en Tampico, donde durante varios años consecutivos obtuvieron el primer lugar para el plantel “Eva Sámano de López Mateos”.
“No fue fácil iniciar la educación preescolar en Altamira. Aunque había gente que nos apoyaba, también había quienes no. Cuando salía de mi domicilio para ir a la escuela, pasaba por los niños y los llevaba conmigo. Después, sus mamás iban por ellos a la puerta del plantel”, relató.
La maestra Taly prestó sus servicios profesionales por cerca de una década en ese jardín de niños. Luego contrajo matrimonio con un altamirense y se dedicó al hogar y a cuidar de su familia.